Me meto un tiro,
¡Pum!
El eco suena,
¡Pum!
O quizás es el corazón,
¡Pum!
Que todavía sueña.

Mes: agosto 2019

Diario de a bordo (4)

Diario de a bordo (4)

El primer borrador del nuevo poemario ya está finalizado. A falta de conseguir que alguien me haga un prólogo, la disposición del libro no debería cambiar demasiado en las siguientes correcciones del libro.

Soy de los que una vez ha salido el poema de tu cabeza, apenas los toca a no ser que haya algún error muy gordo. No obstante, debido a que hay poemas que llevan escritos cerca de cuatro años, quizás sí cambie algún verso que otro, eso sí, intentando mantener la sensación original del poema intacta.

Los plazos se siguen manteniendo en su línea y lo más seguro es que para principios de septiembre el poemario esté más que corregido y listo para empezar la odisea de ir de una editorial a otra rogando por una edición de pacotilla. La verdad, no sé si es un poco iluso por mi parte, es que tengo la esperanza de que alguna, por pequeña que sea la tirada, acepte el proyecto porque ve algo en mi poesía.

Pero primero hay que terminarlo.

Diario de a bordo (3)

Diario de a bordo (3)

Ya he recopilado la poesía de cuatro capítulos. Si todo sale según lo previsto, para esta semana terminaré el restante y habré terminado con el trabajo de revisar toda la poesía que he ido escribiendo a lo largo de estos años. La extensión de los capítulos es más o menos la misma, aunque los dos últimos presumo que serán los más largos, aunque, eso sí, también los dos más interesantes. Como pseudo sexto capítulo aparecerá una pequeña colección de los poemas de ‘Poemario estacionario’ que a día de hoy me siguen convenciendo para poder introducir aquí; no serán más de siete.

Después de esto me quedará medio mes para hacer posibles correcciones a los poemas -las mínimas- además de intentar dejar bonita la disposición de todo el libro. Por ahora está siendo bastante más mimado que el anterior y espero que todo el esfuerzo que está yendo en ello se acabe notando.

El prólogo de otro autor o de un conocido todavía sigue siendo una incógnita. No se me ocurre nadie; lo dejaré para el final a no ser que algo muy aleatorio pueda ocurrir. También está la duda de la portada, aunque ese tema lo puedo dejar aparcado hasta que una hipotética edición llegue. Esta vez será más complicado porque de una portada muy fácil como era la de la naturaleza… Ahora nos moveremos en un terreno menos terrenal.

Poco a poco…

Reflexiones entre calor y cistitis

Reflexiones entre calor y cistitis

Entre los calores de la noche y las cistitis mañaneras me da por pensar, y pienso, pienso y pienso, y donde antes me encontraba tranquilamente sosegado, de repente me alcanza la ansiedad. No hay ninguna razón aparente; todo está bien, nada ha cambiado. Pero de forma inevitable, como nota de música ancestral, algo cambia en mi interior.

Así que me digo, no pienses en el todo y haz caso al viejo dicho: «la mente ociosa es el patio donde juega el diablo». Y mucho sé de ocios y bastante más de diablos, así que les haré caso. La vida tranquila, paradójicamente, es entonces la vida ajetreada, aquella que no te deja pensar sobre cómo te va en la vida.

Así que, bueno, contrariamente a lo que dicen muchos, espero que no me dé un respiro la vida.

Diario de a bordo (2)

Diario de a bordo (2)

Siguen los avances…

Los agradecimientos y el prólogo del autor ya están hechos. He decidido redactarlos considerablemente más cortos que los del anterior poemario, con el objetivo de centrarme incluso más en la colección de poemas. Más allá de los capítulos con sus respectivos poemas, solo me queda encontrar a algún autor o conocido para que haga un pequeño prólogo del libro. Supongo que eso lo dejaré para el final, a ver de qué manera lo hago.

Yendo ya al contenido, los dos primeros capítulos ya están completados. El número final de capítulos oscilará, pero supongo que lo hará entre cinco y siete. Los capítulos siguen ese hilo conductor que aparece en todo el libro, y salvo a un cambio brusco de ideas, seguirá así hasta el final. Como pista, los capítulos tienen que ver con los ambientes temáticos de mi poesía, por y para lo que escribo vaya.

Mi mayor preocupación por ahora es que quede demasiado extenso. Si ya en la recopilación habré dejado 1/4 de la poesía escrita hasta ahora fuera, temo que tenga que desplazar algún que otro poema de los escogidos por temas de espacio. Me gustaría que no ocupase más de 120 páginas de Word -hacer un poemario demasiado extenso es peligroso, si leer poesía ya cuesta a día de hoy, más lo hace leerla en un libro largo-.

Por lo demás estoy contento. Intento no estar más de una hora con el poemario porque no me quiero atascar de poesía y empezar a hacer las cosas mal por carga de trabajo. Tengo todo el mes de agosto para hacerlo y registrarlo, y salvo a algún imprevisto, incluso me sobrará mes.

Reflexiones post tiroteo

Reflexiones post tiroteo

Me acuerdo de que empecé a escribir una novela a modo de diario donde, desde el punto de vista de un adolescente, narraba su vida; desde unos inicios completamente normales hasta la degeneración completa de su mente aceptando la idea de asesinar a cualquiera que se le cruzase.

Todo esto se inició por mi interés en el mítico caso de Columbine y por unos tiroteos recientes que habían ocurrido en territorio norteamericano, sobre todo, uno que en principio pasó inadvertido, el provocado por Andrew Blaze. Su caso era una mezcla de enfermedad mental no tratada y un contexto social que negaba su verdadera condición sexual.

Mi tonta preocupación por aquel entonces era que, entendiendo la violencia de los últimos tiroteos ocurridos, el gobierno de los Estados Unidos dentro de poco cambiaría su política respecto a la famosa 2º enmienda. Por lo tanto, tenía prisa por acabar aquello lo antes posible para que no perdiera actualidad -egoísmo literario que se llama-. Era lógico que algo iba a cambiar, que no se podía seguir por ese camino de libertad inconsciente respecto a las armas de fuego.

El proyecto se quedó a medias y ahí queda perdido entre otros tantos. Hoy me he acordado de él, tristemente, al ver que mi preocupación era totalmente ilusa. Un proyecto que debería haberse quedado anticuado, pues han pasado más de cinco años desde que lo empecé, a día de hoy gozaría del máximo interés. Los tiroteos siguen siendo una realidad que golpea al pueblo estadounidense casi a diario; hoy multiplicado por dos.

Un problema que tendría fácil solución en cualquier otro país del mundo lleva décadas sin resolverse en Estados Unidos. Un libro que debería morir olvidado en el estante de proyectos de juventud parece que se aferra a seguir en boga. Ojalá en algún momento de mi vida pueda decir, tranquilo como humano aunque ofendido como escritor, que el tiempo de ese diario ha terminado.

Reflexiones de una vida sin experiencia

Reflexiones de una vida sin experiencia

Dentro de un mes, casi exacto, se me ha dado la oportunidad de hacer una pequeña presentación de mi primer poemario, ya sabéis, el ‘estacionario’. Todo se encuadra en una serie de presentaciones y actividades pertenecientes al conocido «Agosto Clandestino», ciclo logroñés sobre poesía. Estos días he estado asistiendo a varias de estas exposiciones y me he dado cuenta de una cosa: soy muy joven.

Ante mí han pasado multitud de autores de renombre, pero sobre todo, autores con una edad. Cuentan sus experiencias, sus vivencias, sus viajes. Si algunos hasta tienen hijos o colaboran con importante medios. Y yo me quedo pensando… ¿Qué les va a contar un retaco de 24 años? Un retaco que no llega al cuarto de siglo y que no ha salido en su vida de la ciudad en la que siempre ha vivido. Alguien que su experiencia vital es la propia de una persona de Logroño; escasa.

Tampoco me he puesto nervioso porque sé que me he hecho a mí mismo como un ser sin vergüenza, pero va a ser curioso ver cómo les cuento una chapada sin importancia a personas con una experiencia vital interesantísima, mucho más que la mía. Personas que veo que escriben, en parte, para crear belleza, cuando para mí es un ejercicio absolutamente egoísta; escribo porque si no me ahogo. Aunque supongo que para estas cosas de la poesía las experiencias que más valen son las de dentro, las que cuesta plasmar en papel, y para eso el viaje es más o menos infinito dentro de todos nosotros. En ese aspecto, viajar, he viajado.