Me meto un tiro,
¡Pum!
El eco suena,
¡Pum!
O quizás es el corazón,
¡Pum!
Que todavía sueña.

Mes: marzo 2017

Reflexiones desde un balde lleno de agua II

Reflexiones desde un balde lleno de agua II

Estuve en Alcanadre. Se me fue la ansiedad. El pie me dolió, pero de felicidad, ese tipo de dolor que sabes que proviene de un buen momento, y que realmente no te importa sentir. Con 22 años me comporté como un crío retrasado de 3, pero no me importó porque realmente me lo pasé bien -y porque estaba rodeado de otros críos retrasados de 3 años-. Y ahora tengo ansiedad de nuevo, así que no sé si la cura ha sido Alcanadre o esos críos retrasados de 3 años. Sea lo que sea, ambas respuestas son tristes, pero acertadas a mí manera, que es la que me importa. La dolencia sé que es el domingo, el maldito domingo es el día triste por excelencia. Me he leído dos libros en media semana, medio obligado, y lo peor de todo es que no lo he podido disfrutar más. Estoy enfermo.

Reflexiones desde un balde lleno de agua

Reflexiones desde un balde lleno de agua

Lo que son las madres. Tozudas, cabezonas, insistentes, cansinas, pesadas, tenaces… Fijaos en que la mía pretende hacer desaparecer un tumor de mi tobillo introduciendo mi pie, noche tras noche, en agua con bicarbonato. Tozudez que convence hasta a los tobillos. Con tal circunstancia qué le puedo negar. Se trata de una pizca de remedio de bruja y de un océano de cariño que pone en evidencia la fuerza de toda la creación. Ojalá no haya precio para esta deuda, sé que no puedo pagarla. Le debo la vida, quién sabe si mis futuros pasos.