Me meto un tiro,
¡Pum!
El eco suena,
¡Pum!
O quizás es el corazón,
¡Pum!
Que todavía sueña.

Etiqueta: Shaun Morgan

Shaun Morgan rinde homenaje a Mandela

Shaun Morgan rinde homenaje a Mandela

Shaun Morgan pays tribute to Mandela

http://topnews.in/files/images/Shaun-Morgan5.jpg

Sacado de // From –> http://portalternativo.com/ and facebook.com

Puedo recordar el momento en que vi a Mandela salir de la cárcel tras 27 años encarcelado. Estaba en casa de mi tío, rodeado de familia y estaba cautivado por un momento monumental en la historia que en su momento no podía ni entender. Tuve el privilegio de ver la historia y la transformación del país en el que crecí. Estaba viendo como cambiaba mi mundo y no tenía ni idea de lo que me deparaba el futuro. Era 1990 y tenía 12 años – ¡todo lo que sabía es que iba a ser jodidamente épico!

De golpe, ¡todas las señales de “Sólo blancos” en las playas que había visto desde niño empezaron a desaparecer! Esas odiosas señales de “Swartes Alleen” empezaron a ser quitadas. Las mejores casas de las playas o del país en general no iba a los blancos de Sudáfrica. ¡Soplaban vientos de cambio!

Cuando volví al colegio fue muy diferente. Empecé 7º (o Standard en Sudáfrica) y de golpe quedé expuesto a, grito, chicos negros. Era tal novedad y tan diferente e interesante. Nunca antes había visto a niños negros en uniforme, imagínate verlos en reputadas escuelas. Crecí con amigos negros de mi edad en la granja de Thornville, Kwazulu-Natal, pero veníamos de antecedentes tan diferentes. ¡Esta era una nueva bestia y me encantaba! Ahí estaba mi estirado colegio gubernamental inglés en Pietermaritzburg aceptando chicos de todas las razas. Negros, indios, chinos… ¡A todo el mundo! Raro de cojones…

Solo un año detrás de mi había un chaval que me encantaba. Era negro y estaba cabreado y le importaban una mierda las reglas. Desafiaba todo y rechazaba quedarse dentro de las líneas. Me encantaba. Se llamaba Anton Luthuli. Creo que era el nieto de Albert Luthuli. Echadle un ojo a esa mierda. Todo lo que sé es que me encantaba era su aspecto anarquista. Era la hostia. Estoy seguro de que lo sigue siendo.

Sea como fuere, esa era una pequeña historia. Siento divagar. Esto es lo que quería decir…

Nelson Mandela cambió mi vida y cambió el país que llamo casa. Era un hombre maravilloso que logró más de lo que yo pueda esperar nunca. Nosotros, como sudafricanos, nunca podremos empezar a explicar lo mucho que quisimos a este hombre. Era nuestro padre. Nuestro abuelo. Nuestro jodido “Madiba”. Él era la razón por la que cualquiera de nosotros teníamos esperanza en creer que podíamos romper barreras y convertirnos en más de lo que la vida nos había restringido, basado en la situación socio-política. Nos hizo creer a todos que podíamos ser cualquier cosa que creyéramos en nuestros corazones. Era el símbolo de fortaleza y unidad y fue el mejor sudafricano que haya vivido nunca, joder. Espero poder llegar a ser una décima parte de lo que fue. Dios, me conformaría con ser una centésima parte.

Descansa en paz, Madiba. Gracias por la manera en que cambiaste mi vida. Gracias por las lecciones que aprendí de ti. Gracias. Gracias. Hay un hueco en este mundo que nunca será rellenado.

Con suerte flipará tanto como yo con todos los ‘posers’ agilipollados que escribieron sus tweets obligatorios lamentando su muerte. No hay nada que me ofenda más en este mundo que putas condolencias falsas. Solo sé decir esto en Zulu para mostrarle respeto a Xhosa… Hamba kahle, Madiba. Ngiyabonga. Lala kahle. –Shaun

IN ENGLISH

I can remember the moment I watched Nelson Mandela walk out of prison after his 27 years of incarceration. I was sitting in my uncle’s house, surrounded by family, and I was transfixed by a monumental moment in history that I couldn’t even fathom at the time. I was privileged to be witnessing history and the transformation of the country I had grown up in. I was watching my world change and I had no idea what was in store for me. It was 1990 and I was 12 years old – all I knew was that this was going to be fucking epic!

Suddenly, all the «Whites Only» signs on the beaches I’d been to as a kid started disappearing! Those obnoxious «Swartes Alleen» signs started getting pulled down. No longer were the whites of South Africa being handed the prime real estate of the beaches, or indeed, the country in general. Change was in the fucking wind!

The next time I went to school it was very different. I started 7th Grade (or Standard 5 in South Africa at the time) and I was suddenly exposed to, gasp, black kids in school with me. It was such a novelty, and so interesting and different. I had never seen black children in uniform, let alone at reputable schools. I had grown up with black friends my age on the farm in Thornville, Kwazulu-Natal, but we had come from such different backgrounds. This was a new beast, and I loved it! Here was my stuffy English government school in Pietermaritzburg that was suddenly accepting kids of all races. Black, Indian, Chinese… Everyone! Fucking weird man…

Just a year below me was a kid I loved. He was black and angry and didn’t give a fuck about the rules. He was defiant and refused to tow any lines. I loved him. His name was Anton Luthuli. He was Albert Luthuli’s grandson, I believe. Look that shit up. All I know is, I fucking loved his anarchist outlook. He was a badass. I’m sure he still is.

Anyway, that was a little history. I’m sorry I rambled. Here’s the fucking point…

Nelson Mandela changed my life, and changed the country I call home. He was an amazing man that achieved more than I could ever hope to. We, as South Africans, can never even begin to explain how much we loved this man. He was our father. Our grandfather. Our motherfucking «Madiba». He was the reason any of us had hope to believe that we could break barriers and become more than life had restricted us to, based on socio-political standing. He made us all believe that we could be anything we believed in our hearts we were meant to be. He was a symbol of strength and unity, and he was the best fucking South African to ever live. I hope that I can be a tenth of the man he was. God, I’d settle for a hundredth.

Rest in peace, Madiba. Thank you for the way you changed my life. Thank you for the lessons I learned from you. Thank you. Thank you. There is a void in this world that will never be filled.

Hopefully he gets as much of a kick out of all the poser assholes who wrote their obligatory tweets of remorse for his passing as I did. There is nothing in this world that offends me more than fake fucking condolences. I only know how to say this in Zulu to show respect for a Xhosa man… Hamba kahle, Madiba. Ngiyabonga. Lala kahle. -Shaun

Calmando la furia con libros (Portalternativo)

Calmando la furia con libros (Portalternativo)

La vida en la carretera de una banda tiene mucho tiempo perdido que es mejor invertir en algo para no terminar desquiciado. La lectura es, sin duda alguna, un buen entretenimiento y el frontman de Seether, Shaun Morgan, ha explicado a Loudwire cual es el autor al que últimamente su tiempo.

“Siempre tengo que tener un libo encima, ninguno específico pero ahora mismo ando leyendo un libro de Hunter S. Thompson. Nunca antes habia leído nada suyo así que voy a ver si puedo pillarme toda la colección de libros que sacó..”

Aún habiéndolo descubierto tarde, el músico sudafricano muestra su emoción por tener aún prácticamente toda su bibliografía por leer. “Estoy cabreado de no haberme puesto a leerlo hasta ahora pero el otro día estaba en el aeropuerto, lo vi y literalmente me leía medio libro en hora y media de vuelo. Normalmente, cuando coges un avión te lees un par de capítulos y te haces una siesta pero es que no pude soltarlo. Estoy emocionado de que tenga muchos otros libros que podré leer.”

Considera Morgan que leer “es una buena manera de escaparte a un universo alternativo por un rato; acabas inmerso en todo lo que te rodea que suelen ser cosas bastante intensas y que te exprimen emocional y físicamente. La mayoría de veces tienes esos paréntesis de una o dos horas donde te sientes cansado y, desafortunadamente, somos como críos de guardería que necesitan sus siestas y vías de escape. Y si podemos dar con formas saludables de hacerlo, es mucho más sencillo que no meterte en cosas oscuras.”