Me meto un tiro,
¡Pum!
El eco suena,
¡Pum!
O quizás es el corazón,
¡Pum!
Que todavía sueña.

Etiqueta: cine

«Hausu» – crítica

«Hausu» – crítica


Hausu es una película que merece más la pena ser vista por su imaginería y puesta en escena que por su trama, clásica y tópica de cualquier película de terror con tintes japoneses. No es una película para cualquier persona; si eres de esos que ansía sobre todo un cine adulto y maduro, que te haga pensar pero para bien, esta no es tu película, pues en ningún momento la película rezuma ni lógica ni sensatez. «Absurda» es la palabra que a grandes rasgos creo que mejor define la película. Para aquellos que los conozcáis, esta obra maestra es como si un director hubiera convertido una canción de «Maximum The Hormone» o «Dog Fashion Disco» en una película. Todo fue grabado en apenas dos meses, con actores sin experiencia debido a que ningún actor japonés con un mínimo de reputación se atrevía a intentarlo. Toho, la productora de la película, llevaba una mala racha por su estancamiento respecto a los guiones, y con lo que aquí hicieron, un auténtico suicidio para algunos, remontó. Iré comentando uno a uno algunos de los distintos apartados del film para que así sea una crítica fácil de leer:

Sinopsis: la película se centra en la figura de Oshare, una joven huérfana de madre que, al enterarse de que su padre ha iniciado una nueva relación con una bella mujer, se niega a realizar su viaje anual con su padre. En su defecto, acordándose de su tía, que permanece desde hace años sola en una mansión en las montañas en espera de su difunto marido, decide ir junto a sus amigas a volver a verla tras diez años de ausencia mutua. Cuando el grupo de amigas llega a la mansión comprueban de primera mano que no todo es tan agradable como lo habían imaginado en un principio.

Personajes: la película no destaca en este apartado, ya que la mayoría de personajes están construidos de forma prototípica. Las amigas de Oshare no dejan de ser personajes tipo que recuerdan mucho a los personajes de cualquier manga o anime. Sus propios nombres nos indican que son personajes vacíos que solo sirven para rellenar. En pocas palabras podrían resumirse de la siguiente manera:

Melody: amante de la música y virtuosa del piano.

Fanta: chica fantasiosa -su nombre proviene de «Fantasy»- y tímida. Enamorada de su profesor.

Gari (empollona): cómo no, lleva gafas redondas. Ella aporta su punto de vista escéptico a las aventuras que experimentan las jóvenes.

Sweet (asustadiza): siempre grita con voz aguda. Totalmente indefensa y pasiva.

Kung Fu: ¿el mejor personaje jamás creado? Chica atlética que recurre a sus habilidades de Kung Fu cuando el peligro acecha. Sí, se defiende de lo sobrenatural a patadas. Gracias a ella la película se rompe de manera increíble, ya que pasamos de una escena donde se toca una melodía preciosa al piano a una en la que esta chica, mediante cabriolas y patadas se deshace del mobiliario flotante de la casa.

Mac (apetito): siempre está comiendo. Dibujada como la clásica chica zampabollos. Personaje muy simple y aburrido.

Oshare: único nombre normal que justamente coincide con el hecho de que sea el único personaje medianamente bien construido.

Pese a la simpleza de la mayoría de personajes, esto ayuda a crear esa sensación de ruptura entre unas escenas y otras, pues gracias a tanto personaje variado el sentido de la cinta puede cambiar de forma muy rápida y abrupta, algo que la hace muy entretenida.

Influencias: imaginaos que Tarantino y Sam Raimi han tenido una hija en el castillo de Osaka mientras que Godzilla arrasa la ciudad, y que mientras se producía esta gestación los dos directores fumaban opio mientras veían anime; pues esas son las influencias de esta película. E incluso con esta descripción tan tonta no se puede del todo imaginar lo que es la película, ya que consigue un estilo muy personal. Es un auténtico caos de influencias que crea un producto novedoso que tardará muchos años en volver a ser visto -si es que alguna vez se ha podido hacer algo semejante a esta película-. Es importante destacar que la película vio la luz en el año 1977, cuando aún faltaban varios años para que Sam Raimi sacara su famosa The Evil Dead, película junto a The Evil Dead II que por sus características creo podría ser la que mejor se comparase a esta. Otros lo hacen con películas como «Rocky Horror Picture Show» o «Suspira». Podemos pasar desde auténticas escenas de artes marciales a escenas idílicas al más puro estilo «shojo» donde las amigas comparten sus historias, todo ello mezclado con música angelical y fondos psicotrópicos. También aparece el gore, por supuesto el terror, el absurdo y los viajes astrales producidos por la droga. La película lo tiene todo en apenas hora y media de duración.

Imagen y construcción: Dios mío, la originalidad de la fotografía y de la creación de las escenas es de lo mejor que he visto en mi vida. Nada más por ello merece ser vista esta película. Desde fondos absurdamente -y a conciencia- mal pintados a efectos psicodélicos cutres propios de un guion realizado con la ayuda de hongos y LSD -no es broma, todos los críticos llegan a la misma conclusión-. Pensando en metáforas, la película podría ser una alegoría de un viaje psicodélico producido por las drogas; todo encaja. Por otro lado, las escenas realizadas con croma en ocasiones están realmente bien hechas para la época, mientras que los efectos dibujados, parece que a mano, desentonan demasiado en la película, aunque esto sin duda también está hecho a posta. Las escenas absurdas se encuentran muy bien acompañadas con planos ingeniosos de cámara, cambios rápidos de punto de vista, música que no encaja con lo que ocurre, flashes a destiempo, música atronadora de fondo, saltos de cámara mal hechos, cronofotografía que no viene a cuento, situaciones incómodas para el espectador -pechos de… menores creo-, actuación de las actrices exagerada -como no podía ser de otra forma en una película asiática- y sucesos que rozan lo inimaginable. Durante treinta minutos la película no te otorga descanso, ya que las situaciones ridículas se suceden de forma vertiginosa.

Desde escenas más o menos tenebrosas como esta:

A otras tan (…) como esta:

(Eso de meter autotune al maullido de gatos no es nada nuevo)

Banda sonora: muy lograda para una película de estas características. Solo tiene un fallo: ellos mismos sabían que consiguieron melodías muy pegadizas y apropiadas, lo sabían tanto que les dio por repetirlas incesantemente a lo largo de toda la película. Apenas compusieron cuatro canciones realmente buenas, pero que suenan demasiadas veces a medida que avanza la trama. Eso sí, tan bien escogido el momento en el que comienzan a sonar que sabes que algo malo ocurre aunque cierres los ojos y decidas no seguir viendo la película. Si por ejemplo Kung Fu comienza a dar patadas, inmediatamente su canción característica suena. Si alguna escena bonita aparece, la canción instrumental suena. Algo muy anime de nuevo, imposible en cualquier película occidental, pues cansaría al espectador. Siempre así. Abajo os pongo dos ejemplos de lo que creo es lo mejor musicalmente -aunque merece la pena escuchar toda la «soundtrack», es bastante interesante-:


Sentido de la película: PUEDE CONTENER SPOILERS, SI OS INTERESA VERLA NO SIGÁIS LEYENDO A PARTIR DE AQUÍ.

La tía de Oshare pretendía atraer a la joven para poseerla, conseguir su cuerpo y así poder sentirse de nuevo joven para continuar con su misión; atraer y matar a chicas jóvenes sin casar, ya que ella permaneció por siempre esperando a su prometido que le prometió que volvería. Como este no volvió, se convirtió en un ser ruin que solo quería hacer daño a los demás. Lo que se deja muy mal explicado es cómo, la ya anciana, consigue esos poderes tan extraños, propios de lo sobrenatural, y creo que he captado cómo. En algún momento de la película se afirma que algunos gatos -refiriéndose a Shiro, el gato mascota de Oshare- pueden abrir un portal con el más allá. Así que supongo que gracias a este gato la anciana puede conseguir esos poderes. Aunque es poseída en cierta parte la muchacha también consigue ganar, ya que cuando su madrastra va a visitarla, gracias a estos nuevos «poderes», consigue su venganza.

Lo que me da pena son las amigas, que sin buscárselo acaban todas masacradas.

 Movie poster illustrates the aunt's cat Blanche sitting on a pedestal before the aunt's house which is surrounded by trees and flames. Text at the bottom includes the film's title production credits, and small portrait shots of the cast members.

Qué raro es este Spiderman

Qué raro es este Spiderman

La ignorancia hace daño en cualquiera de sus facetas, y en el cine no puede ser menos. Tras el exitoso estreno, por no decir grandioso, de la versión cinematográfica de Deadpool, las críticas han sido también cuantiosas por parte de, sobre todo, padres y madres que se han visto sorprendidos ante lo poco ortodoxo de los procedimientos de este mal llamado superhéroe.

Tras muchas décadas de casposas insistencias sobre la edad recomendada para las películas, álbumes, videojuegos, etc. en un intento por parecer mejores padres -y quizás para que hagan el trabajo por ellos- parece que ya en nuestros días es algo más que asentado el hecho de jerarquizar, por diversas razones, el material cultural a determinadas edades. Pero, mira por donde, los mismos que clamaban a los cuatro vientos la exigencia de dejar claro cuándo un producto es «vicioso» para sus hijos e hijas, se han visto escandalizados por un personaje de cómic insolente, haciendo caso omiso a las recomendaciones de edad que durante meses han recorrido todos los medios digitales y culturales en general. Era algo ya sabido por la gran mayoría que en esta película Marvel se iba a redimir del proceso de infantilización por el que se ven sometidos muchos de sus superhéores. Desde los primeros trailers hemos podido observar que no se trataba de la película de superhéroe al uso -como ellos mismos han dicho-, y que lo que íbamos a ver era algo focalizado más en un público adolescente tirando para adulto.

No pueden poner por lo tanto la excusa de que es una película de superhéroes, donde según ellos se debe guardar una serie de ideales intactos. No pueden hacerlo ya que ni es la primera vez que Marvel dirige sus miras cinematográficas -pues dentro del cómic estamos ante un producto mucho más adulto en lo general, – hacia lo cruento, como por ejemplo en The Punisher, ni ellos se han comprometido jamás, como entidad, en la propagación de unos determinados ideales, al menos no en todos sus personajes, algo que sí puede verse quizás con mayor facilidad, siendo esto ya una opinión personal, en DC, donde sus héroes y villanos sí que contienen un matiz ideológico más marcado-insisto, desde mi punto de vista-. Es por lo tanto absurdo que los críticos con Deadpool afirmen que un superhéroe no puede ser así. Y quizás tengan razón en parte, porque parece que no son capaces de entender que Deadpool se trata de un antihéroe, un personaje que, pese a ser el protagonista y llevar el peso narrativo de la trama, no contiene en sí unos preceptos morales considerados loables, como sí lo hacen héroes como Superman o el Capitán América. Ser Deadpool no es ser alguien simpático y respetuoso con los demás, es ser un engreído e irrespetuoso que hace lo que quiere, cuando quiere, porque puede. Y Marvel siempre lo ha dejado muy claro.

¿Qué es lo que pretenden que se haga? ¿Hacer pases privados para todos los padres para juzgar de forma previa si esa película es recomendables para sus hijos? ¿Una especie de regurgitación para padres vagos? Ya consiguieron que esta famosa imagen:

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/3/33/Parental_Advisory_label.svg/2000px-Parental_Advisory_label.svg.png

Apareciera en todo aquel contenido cultural mínimamente explícito, por lo que me parece penoso que teniendo todo este artificio protector sigan poniendo quejas a una película que ya se mostraba desde un principio atacante y directa. Si no son capaces de ejercer la educación que desean para sus hijos porque no son responsables con sus ideales, que mejoren, pero que no le echen la mierda a un grupo de cineastas que desde el principio habían avisado a lo que venían. Si vuestro hijo o hija se enfurruña porque quiere ver a «ese Spiderman raro» y tú crees que no es adecuado que lo vea, ten la decendia de ser responsable y buen padre/madre como para negárselo, que hay otras muchas películas que seguro le entretienen. Pero ni se te ocurra quejarte de algo de lo que se te ha avisado, porque para algo existe la libertad de expresión. Pareciera que esta gente que ahora se queja por lo violento de este superhéroe quisiera imponer su forma de ver el cine. Ahora van de directores de cine que saben lo que es bueno para nosotros. Vamos, que no pretenden otra cosa más que adoctrinar mediante el cine transmitiendo una serie de doctrinas que ven de buen grado.

Por ejemplo, este iluminado aFrancisado -no me peguéis por el chiste malo-:

http://cdn.collider.com/wp-content/uploads/2016/02/deadpool-colossus.jpg

(Si Deadpool, te ha llamado Podemita)

Y nada, aquí finaliza mi alegato. Que no me hago unas chimichangas porque no sé. Y que les den por ahí a esos que se quejan porque sí. Y que en breve iré a ver por tercera vez este peliculón.

Estamos ante un posbarroco cinematográfico

Estamos ante un posbarroco cinematográfico

Para que comprendáis esta extraña y poco usual comparación entre lo posbarroco y la cartelera actual tengo que explicaros brevemente las características básicas del posbarroco como movimiento literario. Tranquilos, no tenéis por qué aprender, limitaros a memorizarlo cinco minutos mientras leéis el texto. Ya veréis que al final hasta tiene un poco de sentido. Por cierto, Maribel -mi profesora-, gracias por hacer el guiño hacia la nueva película de Star Wars, me ha abierto los ojos por completo y me has dado la idea.

El posbarroco mayormente fue la continuación de las características barrocas en la literatura de la primera mitad del siglo XVIII, sobre todo haciendo incidencia en el teatro. Este teatro se caracteriza por:

-Escenografia compleja, primando la decoración y los efectos para admirar al público más que el texto literario en sí.

-Personajes prototipos, pobres, vacíos, repetidos a lo largo de las obras con tediosa insistencia.

-Tramas parecidas o casi iguales, muchas de ellas dentro del ámbito mágico, religioso o heroico.

-Suelen evocar las pasadas glorias nacionales. Adoran lo anterior ante todo y se quedan atascados en ello.

-Diálogos elevados y rimbombantes deseosos de ocultar la falta de originalidad en la narración de la obra dramática.

-Convertir el teatro en un negocio queriendo extraer el mayor beneficio de la forma que sea.

Y otros pocos más que descarto por no ser del todo útiles para el símil. Como último apunte añadir que esta etapa de la literatura destaca en la historia como una de las menos originales que ha tenido nuestra lengua, no teniendo demasiado adeptos en la actualidad -ni entre los literatos de la época-. ¿Os suena de algo lo expuesto más arriba? ¿No se parece a algo de lo que estamos rodeados a diario? Analicemos la cartelera de hoy en día. Lo siento si os parece demasiado subjetivo, intentaré hacerlo lo mejor que pueda:

Superhéroes y villanos por doquier. En relación con personajes prototipos. También podría entenderse con lo de tramas parecidas en todas las películas. Sea como sea, a día de hoy en el cine vemos enmascarados y tipos con trajes por todas partes. Un poquito de originalidad o salirse de lo establecido no vendría mal. Puede también compararse con la caída en picado del género del horror en el cine, donde los personajes han caído en la rutina del arquetipo perfecto, con argumentos torpes que recuerdan demasiado al de otras películas. Hace años que no se realiza una película de terror, a nivel comercial, mínimamente original y nueva.

Efectos digitales hasta para el detalle más fácil de crear a través de la realidad. En relación con lo de la esceneografía compleja. Es cierto que hay películas de acción con buenos efectos digitales y tramas entretenidas, pero da la sensación que multitud de ellas comparten demasiado en común y que tapan sus defectos con estallidos, colores y una calidad gráfica pasmosa. Películas como «Avatar» tienen mucho mérito en cuanto a sus avances en los efectos digitales, pero son terriblemente sosas -y sospechosamente parecidas a otras películas-.

Remakes, secuelas y otras bestias -haciendo referencia a una entrada de este mismo blog-. En los últimos años no hemos dejado de asombrarnos por la inmensa cantidad de filmes que continúan en cierta medida con algo que ya se ha hecho con anterioridad. Parece que la década de los 90s es la década fetiche para los directores de hoy día, queriendo muchos de ellos raspar de la moneda sagrada. Sagas cinematográficas con historias finiquitadas de repente renacen de la nada junto a nuevas ideas, ideas que no eran necesarias y que acaban por empeorar el sentido general de la cinta.

(Estoy bien, pero… ese maldito pero)

Money money money. No podemos negarlo aunque nos duela. Hay películas que son visiblemente intentos desesperados por sacar dinero de donde sea. Desde comedias románticas vacías de sentido pero llenas de caras célebres a thrillers de acción protagonizados por actores y actrices de décadas pasadas. No nos aportan nada realmente a nosotros, quizás un poco de añoranza, pero sí a ellos, millones y millones de dólares.

(Soy super necesario sí…)

-Me da igual que aparezca una frase mítica e universal en una película, si el resto de diálogos no son más que huecos en el guion metidos con calzador para hacer tiempo, la película entonces dejará bastante que desear. Tampoco me vale copiar el éxito de sagas literarias célebres que han triunfado y después hacer películas un tanto flojas y forzadamente rebajadas para llenar más los cines.

(Calla que mejoré en las siguientes, aunque uy, quizás esa cuarta película sobró).

A grandes rasgos siento que esto es nuestro cine actual. No quiere decir que no haya algunas buenas producciones actualmente, siempre las hay aunque el panorama sea de carbón, pero lo que gusta, lo que llena las salas de cine, acaba siendo esto -también extensible a la música, aunque con algunas características variadas-. Algo que ya hemos visto miles de veces, algo que sabemos cómo finalizará, pero que seguimos viendo anonadados. Quizás es culpa del propio público, que se conforma con poco, o que también se ha quedado atascado en algún punto del pasado. El cine profesional o de «élite» poco a poco ha buscado una degeneración autoinfligida, pretendiendo gustar sin gustarse a sí mismo. Ya no podemos ver una película y no soltar más «peros» que exclamaciones de júbilo. No sé cuánto se extenderá este posbarroco cinematográfico, esta edad de mediocridad pero que tanto nos gusta. ¿Cuándo nos daremos cuenta de que en verdad quizás no nos gusta tanto?