Me meto un tiro,
¡Pum!
El eco suena,
¡Pum!
O quizás es el corazón,
¡Pum!
Que todavía sueña.

Categoría: Curiosidades

El frontman de Puddle Of Mudd, Wes Scantlin, debe más de 60.000 dólares en impuestos a la hacienda norteamericana

El frontman de Puddle Of Mudd, Wes Scantlin, debe más de 60.000 dólares en impuestos a la hacienda norteamericana

(Portalternativo.com)

El frontman de Puddle Of Mudd, Wes Scantlin, debe más de 60.000 dólares en impuestos a la hacienda norteamericana

De acuerdo a lo que informa TMZ, el frontman de Puddle Of Mudd, Wes Scantlin, debe más de 60.000 dólares en impuestos a la hacienda norteamericana. De acuerdo a la documentación recopilada por la oficina del registro civil de Los Angeles, Scantlin dejó de pagar 45.000 dólares de impuestos federales en 2009 junto a otros 17.000 dólares en impuestos estatales.

Desde la oficina de representación dle cantante y guitarrista se ha hecho saber que “se está trabajando en ello” para enjuagar su deuda.

No gana para disgustos Scantlin estas últimas semanas: hace poco se conocía que había iniciado los trámites de divorcio de su esposa desde hace cuatro años y días después el guitarrista Paul Philips anunciaba su salida del grupo.

Noticia / curiosidad Neil Young

Noticia / curiosidad Neil Young

Rescate emotivo: «Hey Hey, My My» de Neil Young:

Reinventarse muchas veces no es solo una opción sino también la manera más enfática que uno puede encontrar para silenciar a los detractores; un acto superador que no necesariamente tiene que ser humilde. Algo de eso tenía Neil Young en la cabeza en 1977, cuando empezó a darle forma al himno guitarrero al que se aferrarían todos los abanderados del grunge, conviriténdolo en su padrino y santo patrono. Después de que el surgimiento del punk y la muerte de Elvis simbolizasen para los medios norteamericanos la caída de «viejas» figuras como Bob Dylan y el propio Young, Neil esbozó una canción acústica titulada «My My, Hey Hey (Out Of The Blue)», en la que reflexionaba sobre el espíritu de vivir rápido y dejar un cadáver bonito en la sentencia «es mejor arder que oxidarse».

Al poco tiempo, Young encaró dos proyectos de gran escala. El primero fue la película Human Highway, en la que reversionó su himno a Johnny Rotten y Elvis Presley de la mano de Devo. A los dos años, en 1979, decidió emprender por Estados Unidos una gira basada mayoritariamente en canciones inéditas, divididas en un segmento acústico, y un bloque final eléctrico y ensordecedor. Al frente de una escenografía de proporciones guliverescas, con amplificadores de guitarra que llegaban hasta el techo, Young readaptó su lamento acústico a la podredumbre del fuzz de su Gibson Les Paul. Respaldado por Crazy Horse, Neil aparecía ahora como un iracundo que le cantaba las cuarenta a quienes le querían marcar en el reloj el final de su cuarto de hora. A un volumen brutal, Young tira una máxima detrás de otra. A saber: «El rock and roll no morirá jamás», «El Rey ha muerto pero no será olvidado, ¿será esta la historia de Johnny Rotten?», «Una vez que te vas no podés volver cuando pasás de la tristeza a la oscuridad» y «es mejor arder que desvanecer».

El tema, como seguramente su propio autor lo esperaba, se volvió un himno y una declaración de principios. Ante la avanzada del grunge a fines de los 80 y principios de los 90 (el género que más fans de Neil Young tenía, en caso de realizarse un censo pertinente), fue el propio Neil el que adoptó su canción como canto de guerra para un regreso triunfal a los escenarios después de transitar sin rumbo artístico la década anterior. El tema también pasó (tristemente) a la historia por ser el cierre de la carta que dejó Kurt Cobain al suicidarse tres años después. La muerte de Kurco afectó tanto al viejo Neil, que su siguiente álbum, Sleeps With Angels, versa al respecto sobre este asunto. Pero esa ya es otra historia…

Mirá a Neil Young & Crazy Horse tocar «Hey Hey My My» en la gira «Weld» de 1991: