Me meto un tiro,
¡Pum!
El eco suena,
¡Pum!
O quizás es el corazón,
¡Pum!
Que todavía sueña.

Etiqueta: Reflexión

Apología del referéndum

Apología del referéndum

Apología del referendum, apología de la democracía, apología de la libertad, apología del derecho a disfrutar de una vivienda digna. Eso no, se nos ha colado. Mencionamos la constitución, pero solo los artículos que más nos interesan. Como no hablan el resto de artículos seguro que pasan desapercibidos. Están los derechos, y LOS DERECHOS. Los muertos de hambre no hacen llorar a la constitución, la separación de España sí. Nuestra diosa, una palabrería escrita hace tantos años que la gran mayoría todavía no estaba presente. Dignos obedientes de un fantasma. Callamos, censuramos y detenemos ciudadanos en pos de defender la democracia. Hay que detener impresoras por la libertad de la democracia. Pobres árboles que sirvan a tal disparate. Detengamos a todos ellos, quizás no quede ninguno para votar. Lo otro es un disparate, pero este es nuestro disparate, y español.

 

Siempre he querido cantar

Siempre he querido cantar

En verdad siempre he querido cantar, pero supongo que solo tengo voz interna. Ojalá se pudiera gritar en los versos y saltar en las metáforas… Pero cuesta hacerlo. A veces parece un poco vacío todo esto, lo que se puede conseguir con una nota es difícil hacerlo con mil cuatrocientas treinta y tres palabras. Y cuando lo consigues por desgracia descubres otras tantas palabras iguales; pero notas solo hay una.

En la música se nota el silencio, se puede jugar con él como con el viento, pero escribiendo a veces te lleva volando como en un huracán. Y sinceramente, no es lo mismo romper a golpes un bolígrafo y un cuaderno que una guitarra.

Además la arrogancia interna de un escritor es pésima. No se puede comparar el placer de mil voces al unísono recorriendo tus entrañas a saber que te leen bajo la luz de una lamparilla en la cama. Tampoco puedes saltar sobre tus lectores, sería delito.

Además la literatura va a morir, pero la música, no sé por qué, siempre la necesitaremos.

Reflexiones desde Logroño III – videojuegos

Reflexiones desde Logroño III – videojuegos

Un videojuego. El arte más completo. Desde lo que escuchas, hasta lo que ves. Desde lo que sientes, hasta lo que recibes. Se crea belleza en cuanto a lo que oyes -banda sonora, efectos de sonido, instrumentación…-. Se crea belleza visual -gráficos, paisajes, estampas, imágenes-. Se crea belleza narrativa -qué decir de los guiones, si fuesen novelas algunos estarían entre los clásicos-. Y lo que es más importante -y pocos lo han logrado-, te introducen de lleno en lo que sucede; tu eres el dios, el que crea o decide lo que ocurre. Un buen videojuego contiene en su interior una buena novela, una buena película, una buena canción, una buena poesía, un buen disco, un buen cómic, un buen cuadro, una buena arquitectura, una buena obra de teatro… Puede ostentar casi la totalidad de lo que existe. Y muchos lo desprecian por ser algo «de ahora»; no se han dado cuenta de que es el lugar donde los artistas se pueden juntar y crear lo perfecto.

La única pega, algunos son tan increíbles que dejan poco a la imaginación. Tal es el disfrute, que uno desearía dejar de crear para siempre.